El motivo de esta reseña es diferente al de todos los demás artículos de Planet4android, ya que el objetivo de la misma es resaltar la impresión tanto de mi smartphone hasta hoy -LG Optimus 3D (p920)-, como de mi flamante nuevo HTC One X, sin olvidar todos aquellos que pasaron por mi bolsillo desde mi aterrizaje en Android.
Empezaré resumiendo mi paso por Android, en lo que a smartphones se refiere, y es que mi primera experiencia no fue gratificante debido a que, como muchos, decidí dar el salto al sistema de Google dede iOS (iPhone 4), y tomar el Samsung Galaxy SCL, un terminal que ha tenido muchos problemas, y que Samsung, el cual tiene una muy buena fama por su soporte, parece que dejó un poquito de lado en cuanto a actualizaciones. Tras él, fuí poseedor de un HTC Sensation durante tan sólo un par de semanas, terminal del que no tengo nada más que buenas palabras, a pesar de la fragilidad de su pantalla - conozco dos casos de rotura-. El cambio fue en beneficio del LG Optimus 3D, y sobretodo debido a intereses económicos, cosa de la que me arrepiento cada vez que lo pienso, debido a que por tan sólo 100€ hubiera dejado de lado numerosos dolores de cabeza producidos por el mencionado terminal de LG.
Los que tenemos este dispositivo hemos sufrido lo indecible para poder eliminar o intentar evitar los distintos errores producidos principalmente por el software, bajo mi punto de vista, muy poco depurado. Llamadas fantasma, cuelgues, incompatibilidad de aplicaciones..., son algunos de los problemas de los que os hablo, en fín, una constante desesperación. Tal fue la misma que decidí probar suerte con un Sony-Ericsson Xperia Play, el cual tuve entre mis manos durante a penas dos semanas, ya que tampoco llegó a satisfacer del todo mis necesidades, lo que sumado a una buena oportunidad de venderlo desembocó en un cambio de propietario de manera inmediata.
Desde entonces, estuve sopesando la adquisición de un Galaxy Nexus, terminal que francamente admiro, y sobretodo por ser Nexus, lo que se traduce en el disfrute de Android puro y actualizaciones en primicia -en su debido momento-, esto último muy anhelado por todos y cada uno de los usuarios que hemos sufrido o estamos sufriendo retrasos en las dichosas actualizaciones por parte del fabricante respectivo. Esta idea se fue retrasando, y es que mi ambicioso subconsciente me decía que debía esperar al primer dispositivo de 4 núcleos que pudiera adquirir, y ese no ha sido otro que el nuevo HTC One X, terminal que día tras día, a partir de este momento y por periodo indefinido -quizás hasta la salida del Galaxy S3-, habitará mi bolsillo y me hace olvidar el calvario, o al menos esa es mi definición, que me hizo sufrir mi hoy empaquetado para su venta, LG Optimus 3D.
Tras un día de uso de "HOX" -abreviatura utilizada por muchos usuarios para referirse al HTC One X-, he disfrutado de Android por primera vez, y es que su tacto suave, su personalización -HTC Sense 4.0-, su pantalla de 4.7 pulgadas, la duración de su batería y principalmente su inmediatez en los accesos a las diferentes aplicaciones y juegos, me ha encandilado definitivamente. Es la suma de todo ello la que definitivamente me ha hecho replantearme mi regreso a iOS, ya que viendo los problemas que he tenido durante mi periplo por Android estuve sopesando dicha opción de manera muy seria. Finalmente me mantengo en Android y todo gracias al HTC One X que desde hoy pasa a ser una extensión de mi cuerpo y mente, ya que sin este tipo de dispositivos la vida sería mucho más difícil, o al menos para mí.
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